Ahora más que nunca es evidente la agenda global del neo-liberalismo. En todas partes del mundo, los universitarios estamos defendiendo el derecho a la educación pública. En la Universidad de Puerto Rico, los estudiantes han declarado una huelga para protestar la imposición de una cuota de $800 adicionales a los costos de matrícula. Dicha imposición se estima que impedirá a alrededor de 10,000 estudiantes (de una universidad que en su totalidad le provee a 65,000) de continuar sus estudios.
La respuesta del Estado ha sido de sitiar militarmente algunos de los recintos que se han ido a la huelga con la policía, fuerza de choque, equipos SWAT, francotiradores y helicópteros.
Hay que recordar que Puerto Rico es y ha sido una colonia clásica de los Estados Unidos desde 1898. El partido que actualmente está en poder (Partido Nuevo Progresista, PNP) es uno que favorece la anexión de la Isla como un estado de EE.UU. El actual gobernador, Luis Fortuño, es miembro del Partido Republicano de los Estados Unidos. Se autodenomina “Reaganiano” y las políticas que ha impartido para la universidad concuerdan con la imposición de varias políticas de tipo neo-liberal.
Fortuño se ha vuelto muy querido por el Partido Republicano por la imposición de la Ley 7, una ley que dejó sin empleo a más de 20,000 empleados públicos, particularmente en agencias percibidas como enemigas ideológicas. Todas estas medidas han sido con miras hacia la privatización de todas las instituciones del país, particularmente la Universidad de Puerto Rico; considerada por el partido estadista como un “criadero de disidencia”.
Las expresiones públicas hechas por el Secretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez Ema, "Yo los sacaría a todos a patadas", avaladas por el gobernador colonial, demuestran el odio que hay hacia los estudiantes disidentes. Este ambiente de violencia es el que los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico han tenido que enfrentar día a día.
En los primeros días de paro universitario, el gobierno contrató como empleados de seguridad privada a jóvenes de las comunidades más pobres y marginadas del país para enfrentarse a los estudiantes en pie de lucha. Mediante engaños y sobornos fue que lograron reclutar a alrededor de 200 de estos jóvenes sin alternativas de ingreso monetario en víspera de las navidades. Pero esta política de dividir a los jóvenes del país fracasó, ya que esto ha provocado que la FUPI, junto a otras organizaciones estudiantiles, denuncien estas acciones y creen un mayor vínculo con las comunidades marginadas.
Ante tal fracaso, la respuesta del Estado ha sido prohibir cualquier manifestación, tertulia o actividad que conlleve la reunión de grupos de personas y el establecer como zona militar a la Universidad de Puerto Rico, donde la policía había tenido prohibida la entrada por los últimos 30 años, un logro alcanzado luego de muchos años de lucha. Esta ocupación ha violado de muchas maneras los derechos civiles de los estudiantes y sectores solidarios con la lucha por la universidad pública. Particularmente, el lunes 20 de diciembre, la policía intervino violentamente en una manifestación pacífica dejando a decenas de personas gravemente heridas.
Como en Inglaterra e Italia, los estudiantes enfrentaremos la adversidad, contra viento y marea, por defender lo que nosotros consideramos una causa justa, por el derecho de todos a obtener una educación que les sirva de herramienta para la liberación de la humanidad de las cadenas del imperialismo y el coloniaje al cual nos pretenden someter los capitalistas. La FUPI está comprometida a defender al estudiantado y la universidad pública y accesible para todo el pueblo de Puerto Rico. Está comprometida a combatir el colonialismo y luchar por un Puerto Rico libre, soberano y socialista.
¡A estudiar y a luchar!
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