Miles de personas de toda España secundaron hoy las manifestaciones con las que los dos principales sindicatos españoles pusieron fin a la jornada de huelga general convocada en contra de la reforma laboral aprobada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Las protestas estuvieron marcadas por la tranquilidad en todas las ciudades españolas, excepto en Barcelona (noreste), donde se registraron diversos actos violentos al término de la manifestación, como quema de contenedores y rotura de escaparates, por lo que tuvo que intervenir la policía.
En madrid, casi un millón de personas salieron a la calle, según los cálculos del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, quien se refirió a la marcha como "un río democrático de personas que defienden sus derechos y el modelo social que tanto tiempo y esfuerzo ha costado a este país".
Manifestantes y policía protagonizaron duros enfrentamientos en las calles del centro de Barcelona, ciudad en la que, según los sindicatos se concentraron 800.000 personas, aunque la policía redujo la cifra a 80.000.
Al término de la marcha, las fuerzas antidisturbios emplearon pelotas de goma y gases lacrimógenos para tratar de disolver a los manifestantes, que quemaron contenedores y otros objetos provocando una densa humareda.
En la región de Galicia (noroeste español) las protestas registraron también una alta participación y, aunque la jornada transcurrió sin incidentes importantes, en total fueron detenidas once personas en las ciudades de Santiago de Compostela, Ourense y Vigo, según datos ofrecidos por el Gobierno regional.
En la multitudinaria manifestación que se celebró en Valencia (este) los portavoces sindicales advirtieron de que la huelga general es el primer paso de un proceso "intenso y sostenido" en contra de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
La marcha que, según los sindicatos reunió a 250.000 personas, y según la policía a 35.000, recorrió el centro comercial de la ciudad tras una pancarta en la que se acusaba al Ejecutivo español de querer "acabar con todo".
La reforma laboral causa de la primera huelga general que ha afrontado el Gobierno de Rajoy cambia las condiciones de despido y reduce las indemnizaciones para los trabajadores.
Los sindicatos la consideran dañina para los trabajadores y reclaman al Ejecutivo abrir una negociación para modificar alguno de sus puntos más polémicos.
Los representantes de los dos principales sindicatos españoles, CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, afirmaron tras la manifestación de Madrid que el Ejecutivo "está perdiendo gran parte del crédito" que tenía en la sociedad, por lo que consideraron que tiene dos opciones: "cambiar, o cambiar". (Madrid/EFE)
jueves, 29 de marzo de 2012
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