A finales de la década de los 30 e inicios de los 40 del siglo anterior, el mundo convulsionaba en una profunda crisis, conocida como la Gran Depresión, que desde los países imperialistas pretendía ser resuelta a través de la guerra. Esa segunda guerra mundial se desarrollaba frente a la escalada fascista que amenazaba la humanidad, además recordemos que a esas alturas las masas trabajadoras, la juventud y los pueblos del planeta montaron un movimiento de solidaridad y simpatía con la revolución soviética que planteaba que la crisis mencionada sólo podía ser resuelta afectando a quienes provocaron la misma; es decir, a la oligarquía y el imperialismo.
Un nuevo reparto del mundo fue el fondo de la guerra; al punto que los voraces intereses de las transnacionales, especialmente norteamericanas, las llevaron a una nueva etapa de apropiación de los recursos naturales de los países dependientes. Particularmente la presencia de oro, plata, petróleo y otros minerales en la Amazonia ecuatoriana motivaron los apetitos imperialistas que aprovechando de la complicidad de las clases y gobiernos oligárquicos motivaron la firma del Protocolo de Río de Janeiro; tal pacto burgués implicó que nuestro país pierda cerca de la mitad de su territorio, hecho que fuera ratificado por los Gobiernos corruptos de Mahuad y Fujimori en favor de las grandes empresas extractivistas.
Las expresiones de rechazo en aquel entonces fueron significativos desde distintos segmentos de la población ecuatoriana; a tal punto que la conciencia patriótica, libertaria, democrática permite que entre el debate y la movilización popular se conforme distintas organizaciones sociales y populares. Una de ellas fue estructurada el 06 de diciembre de 1942, 69 años atrás, hablamos de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, FEUE.
Los principios que inspiraron a los representantes estudiantiles reunidos en la Universidad de Guayaquil fueron el antiimperialismo, el antifascismo y la acción antioligárquica; en tales bases se cimentó la experiencia de lucha acumulada por el movimiento estudiantil y su perspectiva.
En adelante la acción de esta organización estudiantil fue determinante en la democratización de la universidad ecuatoriana y en constituirse en portaestandarte o incluso protagonista de la propuesta, la unidad y la lucha de los pueblos del Ecuador.
Rápidos recuerdos evocan las luchas de la gloriosa FEUE por la nacionalización del petróleo, exigiendo el libre ingreso a la universidad, la ampliación del cogobierno, la expulsión de las transnacionales TEXACO GULF o OXY, la no firma del TLC con los EE.UU. de Norteamérica, la exigencia de presupuesto a la Universidad, la oposición a la privatización de la educación superior, la consecución constitucional de la gratuidad de matrícula, la lucha contra el alto costo de la vida; etc., son algunos de las acciones y victorias alcanzadas.
Esa acción con claridad de principios de la juventud universitaria, desde la fundación de la FEUE, motivó hacia sí el cariño de amplias franjas de trabajadores y campesinos. Pero a la par conllevó el odio del imperialismo y la oligarquía, de los distintos partidos de derecha, que trataron de desprestigiar a la Universidad, a los estudiantes, a la FEUE (tal acción fue enarbolada por Febres Cordero que calificó a las Universidades públicas como madrigueras de terroristas y cuna de guerrilleros); e incluso tal desprecio significó que asesinaran a líderes estudiantiles y populares de la talla de Milton Reyes Reyes, eterno Presidente de la FEUE (en 1970, el Gobierno de Velasco Ibarra torturó hasta la muerte al líder juvenil).
Hoy 69 años después de historia y lucha puedo asegurar que la FEUE existe. A pesar que asistimos a un momento caracterizado por un Gobierno que criminaliza la lucha social, que trata de dividir al movimiento estudiantil, que encarcela a jóvenes revolucionarios como Marcelo Rivera, que controla a dirigentes de la gloriosa FEUE en Universidades como los de la Central, de Cuenca o Ibarra; a pesar de eso la FEUE existe.
El odio de Correa a la universidad ecuatoriana, el odio a la organización estudiantil, el odio a la FEUE se demuestra en la aprobación fraudulenta de una Ley de Educación Superior y un reglamento tecnocrático que limita la autonomía, recrudece el neoliberalismo, reduce la democracia, anula el libre ingreso estudiantil y retrocede en la gratuidad de la educación.
Como si fuese poco la asfixia presupuestaria se acumula en los centros de estudios, sólo se presupuestan básicamente los gastos correspondientes al pago de sueldos y salarios de empleados, trabajadores y docentes; dejando de lado la tarea investigativa, científica y de vinculación con la sociedad que manda la Constitución democrática de Montecristi como principios universitarios.
Muestra de lo que planteamos es el presupuesto del año 2012 destinado a los Centros de Educación Superior. Son USD. 1143,55 millones; apenas USD. 4,17 millones más que lo presupuestado en el año pronto a concluir, pero si tomamos en cuenta la apertura de la Universidad Amazónica y la Universidad Pedagógica; implica que existe una reducción o congelamiento del presupuesto de cada Universidad pública o estatal en relación con lo asignado en el 2011.
Las tareas están planteadas, sólo considero necesario anexar una; es preciso recuperar la dirección (en algunas universidades) del movimiento estudiantil de las manos del Gobierno de Correa y sus acólitos. Esto porque los estudiantes no pueden ser usados como alfombras de un gobierno contrario a los principios de la FEUE, pues la realidad es que el régimen actual se caracteriza por su naturaleza proimperialista y oligárquico.
Hoy como ayer los protagonistas de la defensa de la universidad pública serán l@s estudiantes universitari@s y su organización legítima, la FEUE.
Francisco Escandón
Ex Presidente de la FEUE Nacional (2005-2007)
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