Los manifestantes marcharon en forma pacífica desde la Plaza Italia hasta la Plaza de la Ciudadanía, frente al Palacio de La Moneda, portando numerosas banderas y lienzos en desaprobación al mencionado complejo hidroeléctrico, previsto en la región de Aysén, a unos mil 800 kilómetros al sur de esta capital.
"Patagonia sin represas", coreaban insistentemente los chilenos en imponente demostración, en la que también abundaron las banderas mapuches, por cuyo territorio pasaría la línea de trasmisión de energía de unos dos mil 400 kilómetros y que atizaría aún más el conflicto generado por el histórico despojo sufrido por esa etnia.
Hubo asimismo carteles en demanda de mejores condiciones laborales, contra el lucro en la educación, en defensa de los derechos de las mujeres y en solidaridad con los presos mapuches en huelga de hambre.
De igual modo una enorme tela en reclamo de una Asamblea Constituyente que ponga fin a la Constitución vigente en el país suramericano, impuesta en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La protesta de la jornada estaba programada para anoche, pero los organizadores decidieron aplazarla para este sábado, con el fin de darle un carácter más familiar, explicó el coordinador de Acción Ecológica, Luis Mariano Rendón, quien estimó en unas 100 mil personas los participantes en la marcha.
Hidroaysén ha sido duramente cuestionado por todos los sectores políticos y por más del 70 por ciento de la población chilena que así lo hizo notar en reciente encuesta.
Se le imputan a la propuesta numerosas irregularidades en el largo camino de aprobación y menosprecio al nocivo impacto medioambiental que tendrá en lugares que son considerados Patrimonio de la Humanidad por su riqueza natural.
La agrupación "Patagonia sin Represas" advirtió que la línea de trasmisión energética pasaría por parques y reservas naturales, zonas turísticas y territorios indígenas de la Araucanía.
Ambientalmente hablando genera consecuencias que no son posibles de compensar ni mitigar, recalcan los especialistas, partidarios de una matriz energética en Chile que apele más a fuentes renovables no tradicionales de energía, como la solar, la geotérmica y la eólica.
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